martes, 9 de febrero de 2010

PERIODISMO + DERECHOS HUMANOS..

Salvar la profesión más bella del mundo



Un joven que no está dispuesto a arrastrar su vocación para que sus jefes la pisen con zapato caro. Un profesional con experiencia que, cuando se dió cuenta, tenía el cerebro lavado y rellenado de consignas dictadas por su empresa. Una aniñada francesa que se hartó de que sus historias nunca interesaran en la redacción central. Una periodista que no soportaba sentirse parte de un circo cuyo objetivo real es ser el verdadero centro de control y poder.


Salvar un periodista es una sarcástica campaña que, más allá del misterio, refleja una situación absolutamente común y mayoritaria en el oficio del periodismo tradicional. Es complicado hacer ver a personas que no tratan rutinariamente con periodistas que sí hay un elemento diferente en esta profesión que, aunque es cierto que “bueno, eso pasa en todos los trabajos”, la materia prima con la que trabajamos, la información, lo vuelve todo mucho más limpio o más sucio, más reconfortante o más frustrante, más honesto o más irresponsable. “Por una vida digna, sé ex periodista”, dice el lema que encabeza los videos.

Sin embargo, cuando uno está a punto de tirarse por la ventana profesional más cercana, aparecen palabras lúcidas, que han hecho casi de todo en este oficio:

“Mandar a la mierda la profesión más bella del mundo es equivocarse de hijo de puta”

El periodismo conduce a todas partes siempre que uno sepa salirse de él. Para esto hay que saber decir que no pero siempre para seguir buscando el sí: “Los que hen vivido más de 63 años esta profesión, de haber sido ricos, gustosamente nos hubieran arruinado por ejercerla dignamente”.

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