viernes, 14 de enero de 2011

A LA LARGA GANAR POR GANAR TE DEJA VACÍO


En una entrevista con el diario La Capital de Argentina el entrenador, Omar 'Turco' Asad, reveló varios aspectos de su vida como jugador, director técnico, entre otras cosas su llegada al banquillo azul.

A continuación la nota:
Tiene el temple de un ganador. Ya lo fue como jugador. Y está camino a serlo como entrenador. Tiene la insignia de Carlos Bianchi, que no es poco. Pero, más allá de los resultados, él piensa en las formas. Omar Asad defiende un estilo de juego sencillo, vistoso y que gusta. Ya lo demostró en Godoy Cruz, club al que llevó de la penosa pelea "por sumar" a la gratificante ubicación de los puestos de privilegio, aunque no sin respetar un estilo de juego que valoraron todos los amantes del fútbol.

Con sus 39 años, es apenas un principiante DT. Pero el camino iniciado en las inferiores de Vélez le sirvió para formarse como profesional. Y la exitosa pero meteórica carrera como futbolista (se retiró con 28 años) pudo tener la continuidad merecida, pero ahora en el banco de suplentes.

Asad muestra que tiene con qué estar allí. Ideas le sobran. Tiene convicción y alma de líder. En su primera experiencia en primera división logró hacer de un equipo humilde del interior como Godoy Cruz una sorpresiva pero feliz revelación. Y lo más importante, con una propuesta osada y generosa dentro de un mediocre torneo argentino. Ese club, gracias a su labor, podrá disputar la Copa Libertadores de América por primera vez en su historia.

El "Turco" se fue de Mendoza por cuestiones económicas. Y se llevó consigo muchas ideas para intentar trascender internacionalmente con un grande de Ecuador como Emelec, equipo que realizó su pretemporada en Mar del Plata.

¿Tuviste que pensar mucho la posibilidad de ir a dirigir a Emelec de Ecuador? Es un nuevo país y vas a tener que cumplir con las expectativas que depositaron en vos por los antecedentes recientes en Godoy Cruz...

- Sí, es un desafío el hecho de mostrar lo que hice en Godoy Cruz, generar la misma expectativa. La oferta y el proyecto de Copa Libertadores y campeonato me interesó mucho. Me motivó la idea de dirigir en Ecuador y lo decidimos con mi familia y cuerpo técnico.

¿Qué aprendiste durante los cuatro años que dirigiste reserva en Vélez? ¿Se puede volcar esa experiencia en primera división o son cosas totalmente distintas?

- Yo en inferiores dirigí a chicos como (Nicolás) Otamendi, (Marco) Torsiglieri, (Franco) Razzotti, Gastón Díaz, (Ivan) Bella. Creo que saqué ventaja. Siempre hablo con la verdad, ese es mi camino.

- Pero el trato con los chicos es distinto, más formativo. ¿Te costó la primera vez que te paraste ante jugadores profesionales?

- Sí, seguro. Pero no tanto como cuando me paré por primera vez frente a los chicos. Tragaba mucha saliva. Ahora, ya no. Viví un montón de experiencias, es la ventaja que te da el tiempo.

¿Qué conclusiones sacaste en el tiempo de trabajo en inferiores sobre la inmadurez con la que los jóvenes llegan a primera? ¿Tiene que ver con el apuro por hacerlos debutar y venderlos al exterior?

- El fútbol cambió por completo. Hay mucho negociado, conveniencia, acomodo. Se mueve mucha plata, a favor de algún negocio y no en bien del fútbol. Así estamos. Nos creemos los mejores del mundo y hace mil años no ganamos nada. El fútbol bajó mucho el rendimiento. Las grandes figuras no están acá, sino en el exterior.

¿Además se les exige mucho a jugadores muy chicos? Antes, cuando debutaban tenían compañeros con experiencia que los respaldaban o apuntalaban...

- Sí. Fijate que antes necesitabas dos años buenos para ir a River o Boca y ahora con tres goles o dos partidos buenos ya te compran. Después vuelven a los seis meses. Es todo muy vertiginoso y a la vez peligroso. Gente que se roba la plata, hinchas que están intratables, y a los dos partidos si no te va bien te tienen que echar. Los jugadores vieron con buenos ojos las chances de emigrar, algo en lo que no estoy de acuerdo porque muchas veces les faltan cosas.

¿Soñabas con un 2010 como el que tuviste en Godoy Cruz? Llegaste para salvar al equipo del descenso y lo clasificaste a la Copa Libertadores, además de la consideración general por la forma de jugar...

- Confío mucho en mi trabajo, en la forma final. Obviamente cumpliendo un tiempo, que hoy en día no lo tenés. Ya de entrada voy con las cosas claras, la imagen de cómo se va a jugar, qué es lo que quiero. Los últimos dos meses de Godoy Cruz fueron consecuencia de un año de trabajo. Fue donde más rendimiento tuvo, fue más vistoso, convirtió más goles. Nada es casualidad.

-Ahora todos van a pretender que tus equipos jueguen como ese Godoy Cruz. ¿Puede ser contraproducente? Diego Cocca se fue a Gimnasia, se encontró con otro plantel y no logró darle la impronta que había conseguido con el equipo mendocino...

- Sí, a las dos fechas ya te piden que ganes 5 a 0 o que estés primero. Pero me gustan las exigencias, así me preparo de otra manera. Como técnico trato de que no se me escape nada. Recibo mucha información del cuerpo técnico, miro y leo mucho sobre otros equipos también.

¿Eso lo podés atribuir a que fuiste dirigido por Bielsa?

- Sí, pero no en la locura o la obsesión. Lo que me sirve lo agarro, pero no todo. Después está en cómo lo transmito yo.

¿Te gusta que nombren como uno de los herederos de Bianchi o preferís que te identifiquen con un estilo propio?

- Cada uno tiene su forma de trabajar. Trato de copiar muchas cosas, pero sé que no soy igual. Ni Carlos Ischia que estuvo once o doce años con él es igual a Bianchi. Cada uno le pone su impronta, su personalidad. Trato de hacer cosas que me gustaron como jugador y no hago las que no me agradaron. Como técnico voy perfeccionando mi capacidad. Obviamente hay momentos en los que uno vuelve y recae en la etapa de jugador, teniendo en cuenta a quienes te marcaron. Sin dudas Carlos (Bianchi) es mi referente.

¿En qué lugar te ubicás en la eterna discusión de ganar como sea o priorizar la forma de juego?

- Yo sé que teniendo un buen equipo podés ganar más partidos de los que podés perder. Hoy por hoy, triunfar sirve para calmar un poco el "fuego", pero a la larga ganar por ganar te deja vacío. Hay que demostrar en la cancha qué les enseñas a tus jugadores. Lo otro no sirve. Me gusta que se juegue bien, porque de esa manera vas a estar más cerca del triunfo. Hay que ser pensante, inteligente con relación al juego. Te puede ir bien o mal, pero siempre buscando una idea.

- Soñando tu equipo ideal, ¿preferís que juegue como el efectivo Vélez de Bianchi o como el actual Barcelona de Guardiola que llena los ojos?

- El fútbol depende de los intérpretes. Yo vi muchos entrenamientos de Barcelona y te agarrás la cabeza al ver cómo entrenan. Son prácticas normales, con media hora de intensidad. Uno se pregunta si hay algún misterio, algo secreto, pero no es así. Sólo que los intérpretes son los mejores del mundo.

¿Te miran de otra manera los jugadores al saber que fuiste campeón del mundo con Vélez en 1994? (ndr: después de derrotar en recordada final 2-0 a Milan con un gol del propio Asad, quien además se adjudicó el trofeo Toyota al mejor jugador del partido).

- Sí. No me lo dicen, pero lo noto en algunas miradas. Pero nunca saqué "chapa". Ni en Godoy Cruz ni en Vélez, que tenía como para hacerlo. Nunca dije: "Cuando yo fui?". Simplemente hay que hablarle al jugador de su carrera e indicarle en qué tienen que mejorar.

¿Sos flexible o más bien rígido con tus dirigidos?

- Les doy libertad, pero impongo respeto. Yo me acuerdo de Carlos (Bianchi) que te retaba y después venía y te palmeaba. Es así, "le das el camelo y se lo sacás". No hay que ser ni flexible ni autoritario, porque no sirven ninguno de los dos extremos.

¿Tu objetivo para más adelante es volver al fútbol argentino?

- Sí. Esta decisión fue porque me gustó el desafío, me pongo en un plano internacional por la Copa Libertadores. El plantel es bueno, fue subcampeón de Liga en el campeonato local. Me hicieron un buen contrato, voy con mi cuerpo técnico y conozco algunos jugadores.

- Me imagino que en tu pensamiento está dirigir Vélez...

- El día de mañana sí. Pero ahora no me apuro. Trato de hacer bien las cosas hoy en el club en el que estoy.

No hay comentarios:

Publicar un comentario